Es importante la
autoestima desarrollada de manera individual en ambos miembros de la pareja
para que esta como relación tenga una autoestima positiva
Autoestima individual, en la pareja y familia, lo que pocos vigilan
Al respecto Virginia
Satir en su libro Peoplemeaking refiere:
La autoestima es un
concepto, una actitud, un sentimiento, una imagen, y su materialización en la
conducta.
... Mucho tiempo después, cuando las personas me
hablaban de sí mismas (de si se sentían llenas o vacías, sucias, o
"agrietadas") recordé aquella vieja olla. Hace muchos años, tenía en
mi consultorio a una familia que se debatía por encontrar las palabras justas
para expresar cómo se sentía. Me acordé del caldero negro y le relate su
historia. Rápidamente, los miembros de la familia se pusieron a hablar de sus
"calderos" personales, de si contenían sentimiento de autoestima o de
culpabilidad, de vergüenza o de inutilidad. Más adelante, me confesaron lo útil
que les había resultado la metáfora.
... La autoestima en la
capacidad de valorarse a uno mismo y de tratarse con dignidad, amor y realidad.
Cuando alguien es querido, está dispuesto a cambiar. Nuestros cuerpos no son
distintos. Durante muchos años me he dedicado a la educación infantil, tratando
con familias de todas las clases sociales, conociendo personas de todas las
opciones vitales; a partir de todas las experiencias cotidianas de mi profesión
y de las vivencias personales, estoy seguro de que el factor determinante en lo
que ocurre dentro de las personas como entre las personas en la autoestima.
(Los temas personales).
La integridad, la
sinceridad, la responsabilidad, la compasión, el amor y la aptitud: todos
emanan sin inconvenientes de quienes poseen una autoestima alta. Sentimos que
somos importantes, el mundo es un lugar mejor porque estamos aquí. Tenemos fe
en nuestra aptitud. Somos capaces de pedir ayuda a los demás, pero creemos que
podemos tomar nuestras propias decisiones y, finalmente, somos nuestro mejor
recurso. Al valorar nuestra autoestima, estamos preparados para ver y respetar
el valor de los demás. Y yo habíamos confianza y esperanza. No tenemos normas
que se opongan a nada de lo que sentimos. Sabemos, además, que no tenemos que
actuar ante todo lo que sentimos. Podemos elegir. La inteligencia erigen estas
acciones. Nos aceptamos tal como somos, como seres humanos.
Las personas vitales
suelen sentir que tiene en su interior lleno la mayor parte del tiempo. Cierto,
todos pasamos por momentos en los que echaríamos todo por la borda sin pensarlo
dos veces, momentos en los que sentimos que el cansancio no supera y que el
mundo nos ha defraudado demasiadas veces seguidas y muy rápidamente, cuando los
problemas de la vida, de repente, nos parecen mucho mayores de lo que somos
capaces de afrontar. Sin embargo, las personas vitales afrontan estos
sentimientos temporales de vacío como lo que son: que si momentáneas. Éstas
crisis podría muy bien ser los dolores de parto de una nueva oportunidad. En
tales momentos, podemos sentirnos incómodos, pero no tenemos por qué
escondernos. Sabemos que podemos emerger íntegros de la situación de crisis.
Cuando las personas
sienten que apenas tienen valor, esperan que se las engañe, que se las dice y
se las desprecie. De este modo, se les abre la posibilidad de convertirse en
víctimas. Al esperar lo peor, están invitando a que ocurra y, por lo general,
lo consiguen. Para defenderse, se esconden detrás de una pared de desconfianza
y se hunden en una terrible combinación de soledad y aislamiento. De este modo,
alejadas de los demás, se vuelven apáticas, indiferentes para consigo y para
con los que la rodean. Les cuesta mucho ver, o ir o pensar con claridad y, por
lo tanto, tienden a pisar y despreciar los demás. Quienes se sienten así erigen
unos gigantescos muros psicológicos tras de los que se ocultan; después se
defienden negando que lo hayan hecho.
El miedo es una
consecuencia natural de esta desconfianza y aislamiento. El miedo nos constriñe
y ciega; nos impide arriesgarnos a probar nuevas formas de solucionar nuestros
problemas. Bien al contrario, nuestra conducta termina por ser cada vez mas una
derrota personal. (Por cierto, el miedo siempre es por algo futuro. Me
he fijado en que, en cuanto una persona es así aquello que le provoca miedo en
el presente, ese temor desaparece.)
Cuando quienes
constantemente tienen sentimientos de vacío experimentan una derrota, suelen
colgarse del rótulo el fracaso. "No valgo nada, de lo contrario, todas
estas terribles cosas no me estarían pasando": a menudo este la respuesta
interior que se dan. Después de unas cuantas reacciones de este tipo, la
persona vulnerable a las drogas, el alcohol u otras evasiones de la realidad.
Estar deprimido no es
lo mismo que tener un vacío interior. Tener un vacío interno, básicamente, significa
que, cuando uno tiene sentimientos no apreciable, o intenta comportarse como si
dicho sentimiento no existieran. Es preciso tener una gran autoestima para
reconocer que se tienen sentimientos de perdedor.
También es importante
no olvidar que las personas que tienen una gran autoestima también pueden
deprimirse. La diferencia reside en que las personas que se sienten deprimidas
no se auto etiquetan como insignificantes ni hacen ver que su estado de ánimo
es el contrario. Tampoco proyectan sus sentimientos en un tercero. Estar
deprimido, de vez en cuando, es natural. Es muy distinto condenarse a uno mismo
o considerar ese sentimiento homo un estado humano al que es preciso hacer
frente., De frecuencia te pediré que te fijes en este proceso de hacer frente.
Estar deprimido y no
admitirlo es una forma de mentirse a uno mismo y a los demás. Menospreciar los
propios sentimientos de esta forma tiene una relación directa con el desprecio
y lo mismo; y, así, uno según demás en el Estado de vacío. Gran parte de los
ocurre se deriva directamente de nuestra actitud puesto que se trata de
actitudes, se pueden cambiar.